Diferencias entre Inflamación Aguda e Inflamación Crónica de Bajo Grado
La inflamación es la respuesta automática de nuestro cuerpo ante un posible daño detectado por nuestro organismo (caídas, quemaduras, pinchazos, infecciones…).
¿Cuáles son los síntomas que asociamos a la inflamación?
- Enrojecimiento
- Hinchazón
- Aumento de la temperatura de la zona afectada
- Dolor
- Pérdida de la función o de la movilidad
Estos síntomas, forman parte del proceso de reparación. Sin esta respuesta inflamatoria no puede producirse el proceso de recuperación del daño o lesión. La inflamación es una respuesta estratégica de nuestro sistema inmune para atacar y defendernos a cualquier agente externo que pueda perjudicarnos, además de movilizar todos los compuestos y mecanismos necesarios para la reparación y recuperación de la homeostasis. Entonces empieza el proceso antiinflamatorio para volver a un estado de normalidad y minimizar el daño de la batalla. Esto es una Inflamación Aguda, totalmente necesaria para poder superar estas situaciones.
Sin embargo, cuando un proceso inflamatorio se mantiene activo a largo plazo, en un estado de alerta, sin ningún motivo aparente, hablamos de inflamación crónica de bajo grado.
Este tipo de inflamación activa de forma crónica nuestro sistema inmune, causando un daño en nuestro organismo una lesión que nunca cura. La constante activación y respuesta del sistema inmune para poder defendernos de lo que él considera que nos está haciendo daño, acaba afectándonos negativamente.
La inflamación tiene que ser como un buen libro: inicio, trama y desenlace. Esta inflamación crónica de bajo grado, es una respuesta a nuestro estilo de vida, por lo que si no cambiamos nuestros hábitos no conseguiremos solucionarla.
El Estrés Oxidativo
De la mano de la inflamación crónica de bajo grado, le acompaña un proceso de deterioro celular: el estrés oxidativo. Debido al mal funcionamiento del metabolismo durante un tiempo prolongado, se acumulan los radicales libres que dañan estructuras celulares, una de ellas el ADN, provocando enfermedades crónica por procesos degenerativos.
¿Cómo nos afecta?¿Cuáles son las consecuencias de la Inflamación Cronica de Bajo Grado?
Nuestro Sistema Nervioso Simpático es el que se encarga de:
- activar la inflamación
- liberar hormonas del estrés
- aumenta la respiración y ritmo cardiaco
- libera energía (glucosa y grasa)
- tensa la musculatura, …
Todo este sistema fue diseñado para pasar de 0 a 100 en pocos segundos, no para estar constantemente a ralentí.
Pero en la actualidad vivimos con el sistema simpatico constantemente activo, a medio gas, interfiriendo en procesos de los que debe encargar nuestro sistema PARA-simpatico.
El Sistema Nervioso Parasimpático, como su nombre dice, Para al Sistema Nervioso Simpatico.
Este se encarga de:
- bajar la presión arterial y la respiración
- mejora la tolerancia al dolor
- mejora la función digestiva
- estimula los procesos de recuperación
- regeneración
- reparación
- relajación
«Si el sistema simpático esta activo, el parasimpático no puede trabajar, lo que tiene unas consecuencias nefastas para la salud de nuestro organismo»
Muchas veces no somos conscientes de la sintomatología provocada por la inflamación crónica de bajo grado, puede ser difusa o haber derivado a otras patologías, y confundimos o normalizamos estas inflamación, pensando que estos síntomas forman parte de nuestro día a día.
Si estas inflamado sentirás sintomas como: cansancio, fatiga, hinchazón abdominal, retención de liquido, mal estar digestivo, niebla mental o falta de concentración, afectaciones en la piel.
La situación de constante inflamación por parte de nuestro sistema inmune eleva el riesgo de padecer diversas enfermedades crónicas como:
- Diabetes, ya que favorece una resistencia a la insulina. Es una situación en la que nuestro cuerpo intenta ahorrar la máxima energía posible al estar en un proceso de lucha constante
- Patologías autoinmunes, ya que ante este estado de alerta constante el sistema inmune provoca respuestas equivocadas y no reconoce sustancias y compuestos que en situaciones normales no atacaría.
- Desregulación de procesos homeostáticos que acaban afectando a procesos hormonales, afectando a todo el equilibrio del sistema interno.
- Daña órganos y tejidos, al estar en constante modo de ataque, afectando al correcto funcionamiento.
- Inhibe la absorción de ciertos nutrientes durante este proceso de alerta permanente.
- Afecta a tejido muscular y óseo, provocando sarcopenia y osteoporosis.
- Cáncer, el sistema inmune acaba desatendiendo procesos necesarios de limpieza y acaba dañando el ADN (se estima que la ICBG contribuye al 25% del riesgo de cáncer)
- Aumento del riesgo de infecciones, al no estar disponible el sistema inmune para otras situaciones que puedan ocurrir
- Depresión y enfermedades neurodegenerativas, ya que en esta situación los procesos de neurogénesis se ven inhibidos, aumentando el riesgo de estas patologías.
- Mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, dañando el sistema cardiorrespiratorio. Cuando hay una respuesta desmedida e inapropiada, junto con unos niveles altos de colesterol LDL, aumenta el riesgo de enfermedad coronaria. Por lo que además de valorar los niveles de colesterol, se deberían analizar y revisar los marcadores de inflamación.
«La inflamación crónica de bajo grado se asocia con mayor riesgo de mortalidad, ya que contribuye a múltiples enfermedades que afectan a todo nuestro organismo. La ICBG puede ser un mejor predictor en la esperanza de vida que la longitud de los telómeros de las que tanto hablamos en las corrientes antiaging»
¿Cuáles son las causas que pueden provocar esa Inflamación de Bajo Grado?
La inflamación crónica de bajo grado es una inflamación menos intensa pero mantenida en el tiempo, está provocada como consecuencia de nuestros malos hábitos. ¿Qué hay detrás de esta inflamación? mala alimentación, permeabilidad intestinal, disbiosis, tóxicos, mala gestión del estrés y emociones,… Vamos a verlo:
- Alimentación
- Obesidad
- Falta de Ejercicio Físico
- Desequilibrio en nuestra microbiota
- Estrés
- Descanso
- Desregulación de los Ritmos Circadianos
- Exposición continuada a pantallas
- Falta de esposición al Sol
- Falta de tiempo en la naturaleza
- Relaciones sociales de calidad
- Exposición a tóxicos o contaminación ambiental
En la segunda parte de este artículo detallaremos cada uno de estos puntos y más detalles.
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