El Habit Stacking* es una idea que puede ayudarnos a empezar a hacer todo aquello que nos hemos propuesto de una manera más sencilla. Nos ayuda a no procrastinar, un tema que ya vimos en este post: Procrastinación.
Cuanto más repetimos un hábito, más fuerte se vuelve la conexión neuronal que apoya esa conducta.
Cada persona tiene interiorizados una serie de hábitos que repite a diario, muchas veces sin darse cuenta, como puede ser darse una ducha en un determinado momento del día, lavarse los dientes o tomar una infusión por la tarde.
Cuando queremos implementar un nuevo hábito a veces es más útil unirlo o acoplarlo a un hábito que ya tengamos asentado, antes que a una hora del día o a un día de la semana. Y eso es lo que se conoce como Habit Stacking.
Además, podemos propiciar que el habit stacking funcione uniendo el paso final del hábito que ya tenemos establecido con el primer paso del nuevo hábito.
Por ejemplo, normalmente, si quisiera fomentar el hábito de la lectura, me propondría intentar leer un capítulo cada noche. Sin embargo, usando esta técnica, establecería ‘coger mi libro’ justo cuando ‘entre en la cama’ cada noche.
De esta manera aumentamos las probabilidades de que nuestro hábito ocurra.
*Término establecido por el investigador Brian Jeffrey Fogg y usado por James Clear en su libro Atomic Habits.
¡Un saludo!
Natalia Benítez